tenemos desde la lactancia materna hasta múltiples formulas para su alimentación, os recomendamos utilizar leche infantil de calidad, su crecimiento será mejor y veremos a nuestros peques felices y sanos.
La lactancia materna es la forma más natural de alimentar a tu bebé ya que incorpora todos los nutrientes necesarios, siempre está a la temperatura adecuada, favorece la maduración de sus defensas, y establece un vínculo madre-hijo especial. Ahora bien, el ritmo de vida actual no siempre nos permite darle pecho y tenemos que recurrir a formulas artificiales , para ello lo primero es analizar la composición la leche materna y elegir aquella que la reproduzca al máximo e incorpore los elementos nutritivos esenciales para el crecimiento.
En un bebé recién nacido, la mayoría de órganos y tejidos todavía están desarrollándose. Desde el cerebro, al sistema nervioso central, el inmunitario y sus defensas, la función visual, la mineralización de huesos y dientes… Por ello, y en caso que la lactancia materna no sea posible, es imprescindible encontrar la leche infantil que aporte los nutrientes esencial para el crecimiento y desarrollo de estas estructuras y tejidos.
Tipos de leches:
Leches 1: para la alimentación desde el nacimiento hasta la introducción de la alimentación complementaria, sobre el 6º mes. Son las más parecidas a la leche materna.
Leches de continuación. También conocidas como leches 2, están destinadas a lactantes de más de 6 meses que ya han iniciado la alimentación complementaria.
Leches de crecimiento (o leches 3). Indicadas para preescolares de 1 a 3 años, por su composición intermedia son leches de transición entre las de continuación y la de vaca.
Conviene optar por fórmulas de alta calidad que basen su composición en el estudio e investigación de la leche materna, y que incorporen en su composición el mayor número posible de nutrientes presentes en la misma que se sabe favorecen la maduración del bebé, como :
- Proteínas séricas bioactivas ricas en inmunoglobulinas y lactoferrina, relacionadas con la maduración y mantenimiento de las defensas naturales.
- Prebióticos: como los fructooligosacáridos (FOS), que favorecen la aparición de una flora intestinal saludable y actúan como fibra soluble ayudando a normalizar el tránsito intestinal al disminuir la consistencia de las deposiciones y aumentar su frecuencia.
- Probióticos (Bifidobacterium infantis y Lactobacillus rhamnosus) que favorecen el equilibrio de la flora intestinal, al aumentar la presencia en la misma de lactobacilos y bifidobacterias. Se relacionan con la maduración del sistema digestivo y de las defensas naturales.
- Ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga omega-3 y omega-6, de elevada concentración en las estructuras cerebrales, sistema nervioso y retina, y vitales para el crecimiento y desarrollo de estos órganos.
- El ß-palmitato que ayuda a aprovechar mejor las grasas y facilita la absorción del calcio y del magnesio, favoreciendo al mismo tiempo la aparición de heces más suaves y frecuentes.
- Nucleótidos, que ayudan a la maduración del sistema digestivo y las defensas. Su presencia en las leches infantiles se relaciona con una menor presencia de diarreas y trastornos digestivos.
- Carnitina, indispensable para la obtención de energía a partir de las grasas, y el correcto metabolismo de las proteínas, los hidratos de carbono, el colesterol y los triglicéridos.
Por unos peques sanos y felices!
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Un saludo
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